LDV N° 152 Vall∴ de Asunción
Plancha Nº 44 Maestro

El Salario del Maestro: Amor, Servicio y Recompensa Interna

Tema: Salario del Maestro como Amor en el servicio y recompensa interna

Las Columnas de Hiram, Cámara del Medio, Tesoro Oculto

Mis QQ∴ HH∴,

Lavagnini dedica pasajes fundamentales a una verdad que invierte toda noción mundana de compensación: el Salario del Maestro no se busca afuera, sino que es el Servicio mismo, encarnado en Amor.

El texto es contundente: “No se debe buscar un salario exterior o interior como en los grados precedentes, por constituir éste una identidad con aquél: el mismo Servicio, y el Amor que en él se expresa ha de ser el salario del Maestro.”

Visualizá: mientras los Aprendices reciben su salario cerca de la Primera Columna (fundamentos), y los Compañeros cerca de la Segunda Columna (construcción), los Maestros lo reciben en la Cámara del Medio, un lugar superior, secreto, donde el tesoro es la Palabra misma que transmite conocimiento.

El Salario en los Tres Grados: Arquitectura Evolutiva

Lavagnini estructura claramente las diferencias:

Salario del Aprendiz (Cerca de la Primera Columna)

  • Naturaleza: Instrucci ón elemental, conocimiento de fundamentales
  • Fuente: Enseñanza del Maestro
  • Característica: Busca recompensa exterior (reconocimiento, progreso visible)
  • Ubicación simbólica: Plano material, cerca del suelo

El Aprendiz necesita evidencia de avance. Necesita ver resultados. Su salario es saber que aprende.

Salario del Compañero (Cerca de la Segunda Columna)

  • Naturaleza: Conocimiento operativo, dominio de técnicas
  • Fuente: Práctica constante, trabajo colaborativo
  • Característica: Busca recompensa interior incipiente (satisfacción del dominio)
  • Ubicación simbólica: Plano intermedio, altura media

El Compañero experimenta alegría en el dominio. Comienza a sentir que la recompensa está en el acto mismo, no en lo externo.

Salario del Maestro (En la Cámara del Medio)

  • Naturaleza: Comprensión sintética, sabiduría integradora
  • Fuente: El Servicio mismo, encarnado en Amor
  • Característica: El salario Y la tarea son idénticos
  • Ubicación simbólica: Lugar secreto, por encima de las Columnas, estado de conciencia superior

Aquí ocurre la transmutación: el Maestro no busca salario porque es el salario.

Las Dos Columnas: Límites del Salario Externo

Lavagnini utiliza la imagen de las Columnas de Hiram para marcar un límite crucial.

El Texto del Libro de los Reyes describe: Hiram fundió dos columnas de bronce huecas, con capiteles elaborados. Estas columnas representaban los dos fundamentos del trabajo iniciático.

Interpretación de Lavagnini:

Los Aprendices y Compañeros permanecen junto a las Columnas. Reciben su salario “dentro” de ellas, es decir, dentro de los límites del trabajo externo y de la instrucción sistemática.

El tesoro junto a las Columnas es oculto pero accesible: están los instrumentos del trabajo que se hace sobre las piedras. La instrucción se guarda ahí, como recurso material y mental.

Pero solo los Maestros ingresan en la Cámara del Medio, ese lugar secreto que está “más allá de las Columnas y por encima de ellas”. Allí se guarda el secreto de la formación de las Columnas mismas. No solo el trabajo, sino la arquitectura del trabajo.

La Cámara del Medio no es lugar físico. Es estado de conciencia superior: comprensión de por qué se trabaja, no solo cómo.

El Servicio como Salario: Transmutación del Motivo

Este es el punto de quiebre entre Compañero y Maestro.

El Compañero trabaja para llegar a algo:

  • Perfeccionar su técnica
  • Avanzar en grados
  • Ganarse reconocimiento
  • Verse a sí mismo como competente

El Maestro trabaja porque el trabajo es la meta:

  • El servicio encarnado en amor es la recompensa completa
  • No espera reconocimiento (aunque puede no evitarlo)
  • No busca perfección (sabe que es imposible)
  • Solo desea expresar lo mejor de sí en cada acto

Lavagnini cita: “Trabaj emos, pues, con aquel Amor, con el cual se complementan la Alegría, el Fervor y la Libertad del Compañero, y nos haremos dignos de nuestra cualidad de Maestros Masones, recibiendo en la obra el salario que nos compete.”

La clave: El salario se recibe en la obra, no después de ella.

No es: trabajo → espero → cobro. Es: trabajo = cobro simultáneo.

Los Tres Elementos del Salario del Maestro

Lavagnini desglosa el salario en tres componentes entrelazados:

1. El Amor (Cualidad Fundamental)

Lavagnini enfatiza: el Servicio del Maestro se distingue por la cualidad fundamental del Amor.

No es amor sentimental o romántico. Es Amor como Inteligencia Cósmica activa, la fuerza que organiza el universo.

El Maestro sirve porque ama la Verdad más que a sí mismo. Ama la evolución de otros más que su propia comodidad. Ama el Orden cósmico más que su seguridad personal.

Este Amor es el salario porque es la experiencia más completa disponible al ser humano: sentir que tu vida sirve a algo mayor que tu ego.

2. La Elevación Constante

Lavagnini sugiere: el Salario del Maestro es la elevación de consciencia continua.

Cada vez que enseñas, transmutes internamente. Cada vez que sirves, creces espiritualmente. Cada vez que encarnas un principio, te perfeccionas (no alcanzas perfección, pero avanzas).

El Compañero progresa en técnica. El Maestro progresa en Ser.

3. La Inmortalidad

Y aquí Lavagnini cierra con misterio: el Maestro recibe Inmortalidad.

No la vida eterna física (absurdo). Sino perpetuación del ser en el colectivo.

Hiram murió, pero vive en cada Maestro que recuerda su lealtad. Vive en cada ritual que se celebra. Vive porque su esencia se transfirió a la Cadena Inmortal de Maestros.

El Maestro que sirve conscientemente sabe: “Cuando muera mi cuerpo, mi obra continuará. Mi enseñanza vivirá. Mi ejemplo guiará. Eso es inmortalidad verdadera.”

Cámara del Medio: Donde se Recibe el Salario

Lavagnini enfatiza que el Maestro recibe su salario en la Cámara del Medio, estado de conciencia que está por encima y más allá del dualismo de las Columnas.

Interpretación operativa:

Las dos Columnas representan dualidades:

  • Dentro/Afuera
  • Físico/Mental
  • Hacer/Ser
  • Deber/Deseo

El Aprendiz trabaja en el plano exterior (Primera Columna). El Compañero integra lo exterior y lo interior (Segunda Columna). El Maestro trasciende el dualismo completamente (Cámara del Medio).

En la Cámara del Medio, no hay separación entre:

  • El salario y el trabajo
  • La recompensa y la acción
  • El Maestro y el servicio

Son la misma cosa.

Aplicación Profana: Transmutación del Trabajo Mundano

De Salario Externo a Recompensa Interna

En el mundo profano, trabajamos por dinero (salario externo) o por reconocimiento (salario interior débil).

La enseñanza del Maestro invita a transmutación gradual:

Fase 1: Trabaja por dinero, pero conscientemente

Sé honesto: necesitas ingresos. Acepta eso. No es vergüenza. Pero pregunta: “¿Cuál es el propósito más profundo de mi trabajo, más allá del dinero?”

Fase 2: Busca el Amor en tu trabajo

Aunque sea trabajo mercantil, ¿puedo amar lo que hago en cierto nivel?

Un cajero puede amar el servicio al cliente. Un carpintero puede amar la belleza del objeto. Un empleado administrativo puede amar el orden que crea.

El Amor no requiere que te encante tu trabajo. Solo que encuentres lo amable en ello.

Fase 3: Observa la recompensa del Servicio

Cuando sirves conscientemente, el salario llega sin esperarlo:

  • Mayor respeto de colegas
  • Satisfacción genuina (no solo en dinero)
  • Crecimiento en capacidad
  • Sentido de coherencia

No es mágica: es natural. El Servicio genuino genera reciprocidad.

Fase 4: Transmuta el trabajo en Gran Obra

Pregunta semanal: “¿Cómo mi trabajo mundano contribuye a mi Gran Obra? ¿Cómo sirvo a través de lo que hago profesionalmente?”

Puede ser indirecto. Pero existe. Encuentra la conexión.

Presencia en el Trabajo

Ejercicio operativo semanal (15 minutos):

Elige una tarea mundana (lavar platos, responder emails, conducir).

Durante esa tarea, presencia total. No en automático.

Observa: ¿Dónde está el Amor en esta tarea? ¿A quién sirve? ¿Qué orden creo?

Al final: “¿Cuál fue mi salario?” (No dinero: recompensa interna)

Hazlo una vez a la semana. Gradualmente, la presencia se expande a todo el trabajo.

Aplicación Masónica: Recibir el Salario en la Obra

La Cámara del Medio Personal

El salario del Maestro no se recibe en Logia física, sino en tu Cámara del Medio interna, ese espacio donde trasciende dualismo.

Práctica semanal:

  1. Después de una acción masónica (enseñar, mediar, servir), siéntate en silencio

  2. Pregunta: “¿Dónde está mi salario en esta acción?”

  3. Observa (sin pensamiento racional): la respuesta viene como sensación de plenitud

Eso es el salario: no dinero, no reconocimiento, sino coherencia experimentada en el cuerpo

Reconocimiento de Maestros Actuales

Lavagnini menciona: en tiempo de Hiram, “la gran mayoría de los obreros se hallaban contentos y satisfechos” porque el salario era justo y recibido consistentemente.

Los Aprendices veían avance. Los Compañeros experimentaban dominio. Los Maestros sentían participación en obra mayor.

Pregunta para tu Logia: ¿Cuál es el salario actual de cada grado?

  • ¿Los Aprendices sienten que avanzan (salario visible)?
  • ¿Los Compañeros sienten que dominan (salario de competencia)?
  • ¿Los Maestros sienten que sirven (salario de Amor)?

Si la respuesta es no en algún grado, la Logia necesita reequilibrio.

Servicio como Maestro: Recibiendo el Salario Constantemente

Cada vez que:

  • Enseñas genuinamente a un Aprendiz
  • Medias un conflicto en Logia
  • Encarnas un principio público mente
  • Escribes una plancha desde vivencia
  • Sostienes la Cadena en crisis

Recibes tu salario en ese momento.

No es promesa futura. Es recompensa presente, verificable, sentida en el cuerpo.

Eso es diferencia entre Maestro titular y Maestro real.

Reflexión Personal Final

Mis QQ∴ HH∴, la lección del Salario del Maestro invierte todo lo que aprendiste en el mundo.

En el mundo: trabajo duro → espero → recibo salario externo

En la Masonería: Amor al Servicio = Salario simultáneo

No es mayor sacrificio. Es inversión más inteligente. Porque el dinero se gasta, el reconocimiento se olvida, pero la coherencia interna permanece.

Hiram no pedía oro. Pedía que sus obreros trabajaran con Amor en la Cámara del Medio de sus corazones. Eso es lo que sustentaba el Templo: no la piedra física, sino la intención sagrada de quienes la colocaban.

Vos también: tu verdadero salario no viene de título, dinero o posición. Viene de saber que serviste conscientemente, amando, en cada acto.

Acción de esta semana:

  1. Identifica tu salario actual (¿qué esperas del trabajo/Logia?)

  2. Busca el Amor oculto en una tarea mundana. Hazla con presencia total.

  3. Una acción de servicio masónico: Sin esperar reconocimiento, sin ego. Solo servicio.

  4. Pregunta reflexiva: Al final del día, ¿recibiste salario? (¿Coherencia, presencia, Amor?)

Pregunta para la reflexión interna:: ¿Cuál sería tu mayor salario como Maestro: el reconocimiento público o la paz interna de vivir coherentemente?


Que recibáis en la obra el salario que os compete.

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