LDV N° 152 Vall∴ de Asunción
Plancha Nº 39 Maestro

La Transición del Maestro a Instructor: Transmisión y Legado

Tema: Maestro como instructor y transmisor de conocimiento

Jardinero cultivando plantas, transmisión oral, cadena de luz

Mis QQ∴ HH∴,

Lavagnini cierra con una enseñanza clave: el grado de Maestro no es el final del camino, es el principio de una nueva función: enseñar. El Maestro que no transmite lo que aprendió viola su Juramento (punto 4: instruir a los menores).

Visualizá: ya no sos alumno en el aula. Ahora estás frente a la pizarra, con tiza en mano, mirando rostros expectantes.

El Ciclo del Conocimiento: De Receptor a Fuente

El texto describe un ciclo inevitable en toda maestría:

  1. Aprendiz: Recibe conocimiento (pasivo, receptor)
  2. Compañero: Practica conocimiento (activo, experimentador)
  3. Maestro: Domina conocimiento (autónomo, propietario)
  4. Instructor: Transmite conocimiento (generoso, fuente)

Lavagnini enfatiza: si te detenés en el paso 3, el conocimiento se estanca en vos. Solo al enseñar realmente consolidás lo aprendido.

Esto conecta con el Octonario: el octavo nivel es precisamente convertirte en fuente luminosa para otros. No es nivel “más arriba”, es función “más amplia”.

Operativamente: cuando enseñas algo, descubrís huecos en tu propio conocimiento. Esos huecos te fuerzan a profundizar. Así, enseñanza = aprendizaje acelerado.

Ejemplo: Creías dominar el símbolo del Compás. Cuando un Aprendiz pregunta “¿Por qué abre hacia arriba y no hacia abajo?”, descubrís que no lo entendías completamente. Esa pregunta te lleva a investigación más profunda. El HH∴ menor te enseñó sin saberlo.

La Pedagogía del Maestro: Tres Métodos Operativos

El texto sugiere que enseñar masonería no es igual que enseñar matemáticas. No es transmitir datos: es encender fuegos, despertar intuiciones dormidas.

Lavagnini propone tres métodos:

Mayéutica (Método Socrático): Preguntas que Despiertan

No respondas directamente. Pregunta de forma que el HH∴ descubra.

Ejemplo en práctica:

Pregunta directa (mala): “La Estrella Flamígera representa el conocimiento iluminado de 5 puntas”.

Pregunta mayéutica (buena): “¿Cuántas puntas tiene esta estrella? ¿Por qué crees que son 5? ¿Qué número conoces que sea importante en tu cuerpo?” (El HH∴ descubre: 5 dedos, 5 sentidos, 5 puntas = lo humano elevado)

La mayéutica exige paciencia. Es lenta. Pero el conocimiento descubierto es grabado a fuego. Lo que te dicen, lo olvidas. Lo que descubres, no.

Ejemplo Vivo: Encarnar lo que Enseñas

No digas “sé puntual”. Sé puntual siempre. No digas “respeta el secreto”. Guarda los secretos como tesoro.

Lavagnini advierte: los HH∴ menores absorben como esponjas, pero absorben comportamientos, no discursos. Si dices humildad y actuás con arrogancia, aprenden arrogancia.

Operativamente: antes de enseñar, revisa tu coherencia. ¿Encarnas lo que enseñarás? Si no, ajusta primero tu vida. Luego enseña.

Simbología Activa: Hacer, No Solo Explicar

No expliques símbolos como diccionario. Hazlos interactuar con el HH∴.

Ejemplo:

Enseñanza pasiva: “La Escuadra representa rectitud, límites éticos, la materialidad del cuerpo”.

Enseñanza activa: “Tomá esta escuadra. Míralas desde distintos ángulos. Trazá líneas en el papel con ella. ¿Qué te hace sentir? ¿Qué orden ves en el caos? ¿Dónde establecerías un límite en tu propia vida?”

La segunda método incluye cuerpo, emociones, intuición. No solo intelecto. Por eso es más profunda.

El Error del Instructor Arrogante

Lavagnini advierte: el peor instructor es el que se cree superior a sus alumnos. Eso rompe la cadena de humildad que es base de la iniciación.

Síntomas del instructor arrogante:

  • Interrumpe al alumno
  • Rechaza preguntas como “obvias”
  • Usa jerga innecesaria para parecer profundo
  • Hace sentir pequeño al alumno
  • Practica la “pedagogía del castigo”: “Debería saberlo ya”

Síntomas del instructor humilde:

  • Escucha las preguntas completamente
  • Valida toda curiosidad (“Buena pregunta, muchos se la hacen”)
  • Explica en lenguaje claro
  • Recuerda cuando no sabía
  • Admite ignorancia (“No sé esa respuesta, investigaré”)

Lavagnini conecta esto con el Juramento: “Proteger a los HH∴”. Proteger incluye proteger el orgullo herido de un Aprendiz confundido.

Transmisión Oral vs Escrita: El Corazón de la Masonería

El texto menciona: la masonería privilegia la transmisión oral (de boca a oído, de corazón a corazón). ¿Por qué?

Lavagnini explica: lo escrito se puede malinterpretar, plagiar, trivializar. Lo hablado, especialmente cara a cara, incluye intención, tono, contexto, energía. Eso no se puede falsificar.

Cuando un Maestro cuenta la historia de Hiram mirando a los ojos del Aprendiz, hay algo que pasa en el cuerpo del aprendiz que ningún libro puede replicar. Es transmisión de presencia, no solo información.

Operativamente: las planchas (como esta) son suplemento, no reemplazo. Usa planchas para puntos específicos. Usa conversación oral para lo que importa realmente.

Ideal: Leer una plancha, luego hablar 30 minutos sobre ella en círculo. Eso es masonería operativa.

El Instructor como Jardinero: Cultivar, No Moldear

El texto usa una metáfora hermosa: el instructor no construye al alumno (eso sería imposición). Lo cultiva, como jardinero.

El jardinero:

  • Riega (proporciona alimento intelectual/espiritual)
  • Poda (ayuda a eliminar lo que estorba)
  • Protege de plagas (ayuda contra tentaciones, distracciones)
  • Pero no decide cómo crecerá la planta: algunos árboles son altos, otros anchos, otros dan flores, otros frutos

Lavagnini sugiere: algunos Aprendices florecerán rápido (comprenden el ritual en 3 meses), otros lento (necesitan 2 años). Algunos serán intelectuales profundos, otros maestros prácticos. El instructor no juzga: acompaña el crecimiento único de cada uno.

Operativamente: No trates de hacer copias tuyas. Identifica el potencial específico de cada alumno y ayuda a desarrollarlo.

Ejemplo: Un Aprendiz es abogado (naturaleza ordenadora). Otro es artista (naturaleza creadora). Ambos pueden ser Maestros, pero serán distintos. El primer puede especializar en Landmarks y orden. El segundo en simbología y creatividad ritual. Ambos son valiosos.

Aplicación Profana: Maestría en Dominio Cualquiera

Identificar tu dominio y ofrecerlo

Todos somos maestros de algo que otros no dominan.

Ejercicio (30 minutos):

¿Cuál es tu dominio? (Algo donde tienes 5+ años de experiencia, nivel de maestría):

  • Laboral: Tu especialidad profesional
  • Familiar: Cómo criaste hijos, cómo mantienes pareja
  • Artístico: Música, escritura, diseño
  • Práctico: Carpintería, cocina, jardinería
  • Espiritual: Meditación, filosofía, contemplación

Una vez identificado, pregunta: ¿Estoy transmitiéndolo?

Si la respuesta es no, diseña una transmisión:

  • Enseña a un hijo
  • Escribe un artículo o plancha
  • Da una charla o taller
  • Acompaña a alguien que quiere aprender

Enseñanza como consolidación

La mejor manera de dominar un tema es enseñarlo.

Test de verdad: Si creés que sabés algo, intentá explicarlo a un niño de 10 años. Si no podés, no lo entendiste del todo.

Esto es operativo: cuando enseñas, surgen preguntas que no esperabas. Esas preguntas te fuerzan a profundizar. Así, enseñanza = autoeducación acelerada.

Humildad pedagógica: Recordar tu Aprendizaje

Recordá cuando eras principiante en lo que hoy dominás. Eso te da empatía pedagógica con tus alumnos (hijos, empleados, estudiantes).

Práctica semanal: Una vez a la semana, cuando enseñes algo, recuerda: “Hace X años no sabía esto. Era confuso. Alguien paciente me enseñó. Ahora yo soy ese paciente para otro”.

Eso trasforma la pedagogía de transacción (“aprendé porque te lo ordeno”) a transmisión (“aprendé porque entiendo lo difícil que es”).

Aplicación Masónica: Función de Instructor

Ofrecerte como instructor sin esperar título

No esperes que te nombren “Instructor Oficial”. La función precede al título.

Operativamente:

  • Si hay Aprendices en tu Logia, acércate al V∴ M∴ o al Maestro de Ceremonia
  • Ofrece: “Me gustaría acompañar a los Aprendices en su aprendizaje. ¿Puedo?”
  • No pidas permiso para el método mayéutico, para la transmisión oral, para el ejemplo vivo
  • Solo hazlo

Clave: No necesitas autoridad formal para enseñar. Necesitas coherencia, humildad y dedicación.

Método mayéutico en Logia

Cuando un H∴ menor te pregunte algo, no respondas directamente siempre. A veces responde con otra pregunta que lo lleve a descubrir.

Ejemplo en práctica:

Pregunta del Aprendiz: “¿Qué significa la Acacia?”

Respuesta directa (evitar): “Representa pureza, resurrección, lo imperecedero…”

Respuesta mayéutica (mejor): “¿Qué sabes ya de la Acacia? ¿Dónde aparece? ¿Qué pasó bajo la Acacia en el grado de Maestro? ¿Qué plantas conoces que crecen en lugares áridos? ¿Por qué la Acacia específicamente, no otra planta?”

El HH∴ descubre por sí mismo. Eso es maestría en enseñanza.

Cultivar el potencial único de cada menor

Cada Aprendiz tiene talentos distintos:

  • Uno es intelectual (ama la geometría, la filosofía)
  • Otro es práctico (ama rituales, trabajos manuales)
  • Otro es empático (ama la fraternidad, el servicio)

No trates de hacer copias tuyas. Identifica su potencial específico y ayuda a desarrollarlo.

Ejemplo: Un Aprendiz es músico naturalmente. En lugar de forzarlo a geometría pura, explorá: “¿Cómo se conectan los números sagrados con las notas musicales? ¿Hay geometría en la música?” Así, conectas su pasión con la enseñanza masónica.

Transmisión oral: Prioridad sobre texto

Prioriza conversaciones cara a cara sobre planchas largas.

Una charla de 15 minutos después de Logia (informal, sin pretensiones) puede impactar más que una plancha de 10 páginas.

Operativamente:

  • Después de Logia, siéntate con los Aprendices
  • Pregunta: “¿Alguna pregunta sobre lo que vimos hoy?”
  • Responde con cuidado, sin prisa
  • Si una pregunta es compleja, deja tarea: “Buena pregunta. Pensaré sobre ello. Conversamos la próxima semana”.

Eso es maestría: mostrar que las preguntas importan, que vale la pena pensar profundamente, que la respuesta rápida no es la mejor.

Reflexión Personal Final

Mis QQ∴ HH∴, el Maestro que no enseña es cadena rota. Viola su Juramento (punto 4: “Instruir a los menores”).

Hiram instruyó a miles de obreros. Cuando murió, esos obreros llevaron sus enseñanzas por el mundo. Por eso Hiram sigue vivo: vive en cada uno que aprendió de él y transmitió a otros.

La cadena de luz no es vuestro nombre. Es el legado que dejáis en quienes enseñáis.

Vos también: cuando enseñes, no solo ayudás al HH∴ frente tuyo. Ayudás a los que ese HH∴ enseñará en el futuro. Tu impacto se multiplica en cadena exponencial.

Un Maestro enseña a 5 HH∴. Esos 5 enseñan a 5 cada uno. Son 25. Luego 125. Luego 625. En una generación, tu impacto ha tocado miles.

Esa es la verdadera inmortalidad masónica: no tu nombre, sino tu legado de luz transmitido.

Acción de esta semana:

  1. Identifica tu dominio: Algo donde tenés maestría (laboral, familiar, espiritual, práctico). Escribe: “Domino ___”.

  2. Ofrécete a enseñar: Una persona (hijo, colega, H∴ menor). Simple: “¿Te gustaría que te enseñe sobre ___?”

  3. Primera sesión mayéutica: Enseña usando preguntas, no respuestas directas. Observa cómo el otro descubre por sí mismo.

  4. Reflexión de coherencia: ¿Encarnas lo que enseñas? Si no, ajusta primero tu vida.

Pregunta para la reflexión interna: ¿A quién necesitás ser ahora para enseñar lo que aprendiste? ¿Qué aún falta en ti?


Que seáis instructores generosos, pacientes y humildes.

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