LDV N° 152 Vall∴ de Asunción
Plancha Nº 32 Maestro

El Juramento del Maestro: Responsabilidad y Coherencia

Tema: Juramento del Maestro como contrato con el Yo Superior

Mano sobre Ara, Volumen de la Ley Sagrada, Compás, Escuadra

Mis QQ∴ HH∴,

El Juramento del Maestro es distinto al de Aprendiz y Compañero. Lavagnini explica: en los dos primeros grados, jurás obedecer (al V∴ M∴, a los Landmarks, a los rituales). En el tercero, jurás responsabilizarte. Ya no sos alumno: sos constructor autónomo.

Visualizá: arrodillado ante el Ara, con la mano sobre el Volumen de la Ley Sagrada, pronunciando palabras que te atarán por el resto de tu vida. No es teatro: es contrato con tu Yo superior.

La Estructura del Juramento

Aunque varía según rito, Lavagnini identifica elementos comunes en el Juramento de Maestro:

  1. Guardar secretos: No revelar la Palabra, los signos, los toques
  2. Proteger a los HH∴: Especialmente en crisis (viudas, hijos, necesitados)
  3. Buscar la Verdad: Nunca detenerse en el conocimiento superficial
  4. Enseñar a los menores: Guíar a Aprendices y Compañeros sin altanería
  5. Defender la Justicia: No tolerar tiranía, ignorancia ni fanatismo

El texto enfatiza: mientras los juramentos anteriores son hacia adentro (perfeccionarte), este es hacia afuera (servir).

La Pena Simbólica

Lavagnini menciona que el Juramento del Maestro incluye una pena simbólica si se viola (más severa que en grados anteriores). En algunas versiones: ser enterrado vivo, o que el cuerpo sea arrojado al mar.

Interpretación operativa: estas penas NO son literales. Son símbolos de autodestrucción: si traicionás el Juramento, tu Maestría “muere” simbólicamente. Dejás de ser Maestro en esencia, aunque conserves el título.

La pena real es coherencia rota: culpa, vergüenza, autosabotaje. El Maestro que jura y cumple vive en paz. El que jura y viola experimenta una muerte interna gradual.

La Mano sobre el Ara

El texto detalla: al jurar, la mano se coloca sobre tres símbolos simultáneamente:

  • Volumen de la Ley Sagrada: Tu principio rector supremo
  • Compás: Tus ideales (lo que aspirás a ser)
  • Escuadra: Tus límites éticos (lo que nunca harás)

Al tocar los tres, alineás tu compromiso con tu ética total. No jurás obedecer una norma externa: jurás ser coherente contigo mismo.

El Juramento como Autoiniciación

Aquí Lavagnini revela algo profundo: el Juramento del Maestro no te lo impone nadie. Vos lo elegís. Nadie te obliga a exaltarte. Si llegaste hasta el Ara, es porque decidiste asumir esa responsabilidad.

A diferencia de juramentos sociales (ciudadanía, matrimonio) que involucran a terceros, el Juramento Masónico es contigo mismo. Los HH∴ son testigos, pero el compromiso es tuyo con tu Yo superior.

Esto es liberador y aterrador: no podés culpar a nadie si lo quebrantás. La responsabilidad es íntegra.

La Irrevocabilidad

El texto señala: el Juramento Masónico no se puede deshacer. Podés retirarte de la Logia, dejar de asistir, pero el juramento permanece grabado en tu conciencia.

Lavagnini compara: es como aprender a nadar. Una vez que sabés, no podés “desaprender”. Podés no nadar nunca más, pero el conocimiento queda. La Maestría es así: forma parte de quién sos.

Aplicación Profana: Juramentos Personales Formalizados

Reconocer tus juramentos silenciosos

Aunque no los llames así, ya tenés juramentos personales operando en tu vida:

  • Hacia familia: “Protegeré a mis hijos”, “Nunca abandonaré a mi pareja en crisis”
  • Hacia trabajo: “Haré mi trabajo con excelencia”, “No traicionaré la confianza de mis colegas”
  • Hacia ti mismo: “No voy a mentir”, “Voy a cuidar mi cuerpo”, “Voy a crecer intelectualmente”

El Juramento del Maestro te invita a traer estos juramentos del inconsciente a la conciencia explícita.

Formalizar juramentos

Paso a paso simple:

  1. Escribir: Toma un papel. Escribe tus juramentos principales (máximo 5). Sé específico: no “seré mejor persona”, sino “protegeré a mi familia”, “no mentiré en situaciones difíciles”.

  2. Pronunciación en voz alta: Lee lo que escribiste en voz alta. Solo tú. En un espacio que te sienta sagrado (tu habitación, un lugar en la naturaleza). La voz realiza el compromiso.

  3. Símbolo sagrado: Coloca tu mano sobre algo que represente tu Ley Sagrada (la Biblia, un libro que te importa, una piedra, una vela). La mano sobre el símbolo ancla el juramento en lo somático (el cuerpo lo recuerda).

  4. Guardar el papel: Coloca el papel en un lugar donde lo veas ocasionalmente (junto a tu cama, en tu escritorio). No para obsesionarte: para recordar.

Las penas simbólicas de quebrantar

Cuando traicionás tus juramentos personales, la “pena” no viene de afuera. Es coherencia rota:

  • Prometiste “no voy a mentir” y mentiste. Ahora vives con vigilancia interna: ¿qué más está ocultando? La confianza en ti mismo se erosiona.
  • Juraste “voy a proteger a mi familia” y priorizaste comodidad propia. Culpa, resentimiento, distancia emocional. Pena autoimpu esta.

El Maestro que cumple sus juramentos vive en paz. Su integridad es su fuerza.

Aplicación Masónica: Vivir el Juramento Operativamente

Revisión anual del Juramento

Ritual personal de 15 minutos:

En tu aniversario de exaltación (u otro día que marques), dedica tiempo:

  1. Recita o lee mentalmente tu Juramento completo (el que hiciste en tercer grado). Si no lo recuerdas palabra por palabra, está bien: recuerda los puntos principales.

  2. Auto-evaluación honesta: Punto por punto, pregúntate:

    • “¿He guardado los secretos?” (Sin excepciones, ni con pareja ni con amigos)
    • “¿He protegido a los HH∴ en necesidad?” (¿Hay alguno que sufrió y no actué?)
    • “¿He buscado la Verdad?” (¿Seguí estudiando, o me estanqué?)
    • “¿He enseñado a los menores?” (¿Guié a algún Aprendiz o Compañero?)
    • “¿He defendido la Justicia?” (¿Toleré injusticia en silencio por comodidad?)
  3. Ajuste, no culpa: Si tu respuesta a algún punto es “no”, no te flajeles. Pregúntate: “¿Qué necesito hacer esta año?” Haz un ajuste concreto (no vago).

  4. Renovación consciente: Termina con: “Renuevo mi compromiso con este Juramento por otro año. Asumo la responsabilidad de vivir como Maestro”.

No es pesado: es honra a tu compromiso. Solo 15 minutos, una vez al año.

Enseñar a los menores

Punto 4 del Juramento: “Enseñar a Aprendices y Compañeros”.

No necesitás ser instructor formal. Esto es operativo:

Si hay Aprendices/Compañeros en tu Logia:

  1. Modelar: Lo más importante es dar el ejemplo. Cómo te vistes, cómo hablas del ritual, cómo respetás al V∴ M∴, cómo tratas a otros HH∴. Los menores aprenden mirando.

  2. Responder preguntas: Si un Aprendiz te pregunta algo (sobre un símbolo, sobre qué significa un grado), responde según su nivel. No le reveles secretos, pero tampoco lo ignores. Tu respuesta es enseñanza.

  3. Compartir planchas apropiadas: Cuando completes planchas, pregunta al V∴ M∴ si podés compartirlas con menores (las partes que no violen secretos). Una plancha sobre “Geometría del Compás” para Compañeros, por ejemplo.

  4. Conversación privada ocasional: Si ves que un Compañero está dudando (tiene preguntas sobre qué esperar en Maestría), ofrecé una charla privada. 20 minutos. Cuéntale tu experiencia, tus miedos, cómo superaste dudas. Eso es enseñanza pura.

  5. Paciencia: Recuerda tu primer grado. Eras confundido, asustado, emocionado. Los menores también. Tu paciencia es lección.

Si no hay menores en tu Logia ahora: Tu responsabilidad es estar listo cuando lleguen. Mantente conectado con la enseñanza (lé planchas, reflexiona sobre el legado masónico). Cuando llegue el momento, estarás preparado.

Proteger a los HH∴ en crisis

Punto 2 del Juramento: “Proteger a los HH∴”.

Esto no significa asistencialismo económico (aunque puede incluirlo). Significa reconocer y actuar cuando un H∴ sufre.

Protocolo en 3 pasos:

Paso 1 - Reconocer: En Logia, observá a los HH∴. ¿Alguien falta regularmente? ¿Alguien llegó pálido, triste, callado? ¿Alguien mencionó una dificultad (enfermedad, pérdida, conflicto)?

Paso 2 - Contactar privadamente: No en Logia. Un mensaje, una llamada, un encuentro en café. Sin dramatismo. Solo: “Noté que [situación]. ¿Estás bien? ¿Hay algo en lo que pueda ayudar?”

Paso 3 - Actuar según necesidad:

  • Si es crisis emocional (duelo, depresión): escucha, valida, ofrece presencia. No necesita dinero, necesita ser visto.
  • Si es crisis laboral: conecta con otros HH∴ que puedan ayudar (empleo, contactos). Activa la red.
  • Si es crisis de salud: organiza visitas, ayuda logística (compras, transporte), oraciones en Logia.
  • Si es crisis familiar: no juzgues. Solo sostén.

Esto no requiere dinero, requiere presencia. La protección masónica es actitud.

Guardar secretos sin obsesión

Punto 1 del Juramento: “Guardar secretos”.

Lavagnini advierte: algunos Maestros “protegen” los secretos con tanto celo que se vuelven paranoicos. Eso no es Maestría: es neurosis.

Operativamente:

  • No revelar Palabra, Signos, Toques: Punto. No a familia, no a amigos, nunca. Aunque parezca “inocente” (enseñarle a tu hijo el toque). El secreto sostiene la iniciación.
  • Hablar libremente de Filosofía masónica: Podés discutir sobre Hiram, Verdad, Geometría con cualquiera. Eso no viola secreto.
  • No ser paranoico: Si alguien pregunta “¿es verdad que en masonería…?”, podés responder genéricamente. “La masonería enseña sobre símbolos, geometría y verdad interna”. No necesitas sospechar traición.
  • Confiar en la Logia: Si otro H∴ conoce los secretos (porque es Maestro como vos), no vigilés obsesivamente. La confianza es base de la fraternidad.

El secreto masónico aísla la iniciación del ruido profano. Punto. No es paranoia: es protección del espacio sagrado.

Reflexión Personal Final

Mis QQ∴ HH∴,

Hiram murió antes de traicionar su juramento. Torturado, aterrado, solo en la montaña: y eligió guardar la Palabra. Su muerte fue la consecuencia de su integridad absoluta.

Vos también serás puesto a prueba. Tal vez no con violencia física. Pero sí con tentaciones: dinero que te pediría traicionar colegas, comodidad que te pediría abandonar a un H∴ en crisis, conveniencia que te pediría mentir sobre tus principios.

Tu Juramento es el ancla que te sostiene cuando todo se mueve. No es cadena: es raíz.

Un Maestro que cumple su Juramento es imposible de corromper. Eso es poder verdadero.

Acción de esta semana:

  1. Si aún no formalizaste tus juramentos personales: Escríbelos (máximo 5). Coloca tu mano sobre algo sagrado para ti. Pronuncialos en voz alta. Guarda el papel.

  2. Si eres Maestro hace tiempo: Haz la revisión anual de tu Juramento (15 minutos). Pregúntate honestamente: ¿Lo estoy cumpliendo? ¿Dónde necesito ajustar?

  3. Identifica un H∴ que podría estar en dificultad (ausencia, cambio de ánimo, mención de problema). Esta semana, contactalo privadamente. Una pregunta simple: “¿Estás bien?”

Pregunta para la reflexión interna: ¿Cuál es el punto de tu Juramento que más te cuesta cumplir? ¿Por qué? ¿Qué necesitarías para honrarlo realmente?


Que vuestros Juramentos sean rocas en las tormentas de la vida.

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